Capítulo diecinueve: ‘No sabía que se podía querer tanto a alguien’

Las lágrimas resbalan por las mejillas. Él sonríe, yo intento hacerlo. Le cojo de la mano y nos dirigimos de nuevo hacía la cama. Me siento, mientras le estiro del brazo para que lo haga él también. No he dicho nada, sabe que las palabras se las ha llevado la emoción, todo lo que ha pasado en estos días. Le miro, mientras se me nubla la vista. Él acerca su mano a mi nariz y le da dos toques, me hace sonreír. Su otra mano se posa con la otra, cogiendo mi cara, haciendo que lo mire.
-Pero deja de llorar, pequeña… -Me pide, con su sonrisa de siempre.
-No puedo. –Contesto, intentando sacar las palabras adecuadas para demostrarle lo que siento. Pero me salen muy pocas. –No sabía que se podía querer tanto a alguien.
-Yo lo llevo sabiendo desde hace tiempo. –Murmura él, con dulzura.
-¿Desde cuándo?
-Desde que me dijiste ese: ‘No puedo. Estoy pensando en ti.’ En el Starbucks, mientras te decía que se te daba muy mal disimular. –Me explica. –Que estuvieras pensando en mí en vez de en lo que contaban los demás, me podía.
-¿En quién iba a pensar si no era en ti, Kyle? Te marchabas al día siguiente… No podía sacarte de mi cabeza. Bueno, no pude. Pero ahora tampoco.
-Creo que te distraigo un poco, princesita. –Me dice, con su sonrisa traviesa de siempre. Acercándose más hacía mí.
-¿Un poco? –Me acerco a él, mi nariz choca con la suya. -¿Sólo un poco? –Mi sonrisa se borra en cuanto mis dientes encuentran sus labios. –Me distraes demasiado.
-Eso es bueno. –Contesta. –Mira cómo estás. Cómo me dijiste hace unos días que estarías, si me besaras. Feliz.
-Creo que yo también soy una distracción, eh. –Me muerde el labio. –No aprietes más Kyle, que no duele nada. –Le digo con ironía.
-Es que si duele es mejor.
-¿Por qué?
-Porque así me besas de una puta vez y nos dejamos de tonterías. –Abrazo su cuello con mis brazos. Y es entonces cuando nos dejamos de palabras y mis labios dejan de buscar los suyos, simplemente se encuentran, con facilidad, ya sin miedo a nada.

Aquella noche aprendí que de la niñez a la madurez había solo un paso. Que a veces, la persona que escoges a los cinco años, es la que te va a acompañar siempre. La que te va a enseñar todo. La que te va a besar por primera vez, aunque fuera un simple pico, jugando a la botella, a los catorce años. Ese chico que siempre ha sido tu protección, tu mejor amigo, tu ‘No estás sola, Nadinne. Me tienes a mí.’ Es precioso ver que, aunque el tiempo pase, esa persona no cambia. No contigo. Y te lo demuestra. Con cinco años sacándome los granos de arena que por culpa de él mismo, habían entrado en mis ojos. Con diez, preocupándose de que me preocupara por él después de comerse el suelo al caerse de la bici. Y con quince… Con quince me lo ha demostrado todo. Porque con el paso de los años, del tiempo, y de los cambios, te das cuenta de que darías lo que fuera porque el tiempo se lo llevará todo, pero a él no. A mí que me lo quiten todo, pero que él no se vaya. Ya no me importa que el tiempo pase. Que se lleve lo que se lleve. Que traiga lo que traiga. Pueda pararse, o no. Ahora solo quiero que me dé la oportunidad de recordar esta noche durante el resto de mi vida, pues creo que, debajo de esas sábanas, lo demostramos todo. Dos personas siendo una. Queriéndose más que nunca, aprovechando el tiempo perdido que nos ha devuelto la distancia, al darse cuenta de que, esa noche, la distancia ya no podía hacer nada por separarnos. Éramos solo dos imanes que encontraron la manera de perderse juntos. Más juntos que nunca.

AGRADECIMIENTOS

Quiero darle las gracias a Marta, la persona que más me ha animado a continuar escribiéndola, la que me dejó escribir su historia con su chico, e incluirla en la novela, gracias princesita. También agradecerle cada opinión, y toda la paciencia de ir leyendo la novela día a día a Judith Ruiz. Al principio sólo era una fan de la novela, pero ahora se ha convertido en una gran amiga. Es súper bonito ver que algo escrito por ti une a gente. Darle las gracias también a Cata, Judit, Núria, Nerea y Paula, que en algún momento u otro han estado ahí leyendo algún capítulo que les pasaba, y dando su opinión. Gracias, aunque lo veáis algo raro, a Paula Rojo. Por cada una de sus canciones. Muchas de ellas me han ayudado a escribir los capítulos, cada momento entre Kyle y Nadinne. Incluso las discusiones. Es una gran cantante, y una gran compositora. Gracias a todos los fans de ‘T’estimo, ho saps oi?’ [Página de Facebook], que han leído la novela y le han dado una oportunidad. Gracias a todos, de verdad. Nunca creí que la historia de Kyle y Nadinne, creada por una chica de quince años, se llegara a leer tanto. Todas queremos un Kyle en nuestra vida, ¿a que sí? Aunque ese chico es fruto de la imaginación, en realidad, chicos así, existen. Encontraréis un Kyle de verdad cuándo dejéis de mirar sus defectos y veáis, que en el fondo, lo único que quiere, y lo que sin que os deis cuenta lo lleva intentando desde el principio, es crear vuestra sonrisa. Sí, diréis que muchos chicos lo han conseguido. Pero son pocos los que crean una sonrisa que dure más de 24 horas. Cuando encontréis a ese chico, al que le importe más vuestra sonrisa que no con quién liarse, sabréis que habréis encontrado un Kyle en condiciones.
¡Suerte, ‘Nadinnes’! Se os quiere.

-Marie.