Cinco minutos después, me encuentro picando al
aula. Les ha costado convencerme, pero me han prometido que todo iría bien, que
intentara no ponerme nerviosa, y que Nadia me esperaría en la habitación de
Kyle. Por suerte, todos los alumnos están dispersos por el aula haciendo algún
que otro trabajo, y no están en absoluto silencio. El profesor abre la puerta.
Todo lo que le diga al profesor, y lo que me conteste él, estará en Inglés,
claro está.
-Hola, perdone que le moleste profesor pero… -Él no me deja acabar de hablar.
-¿Qué hace sin su uniforme? ¡Y encima con la capucha puesta! –Exclama. Algunos
alumnos se giran para ver lo que pasa. No veo a Kyle. El aula es grande, seguro
que está al fondo.
-No chille, por favor. –Le pido. –Vengo a pedir unos apuntes que tiene un chico
de clase, son míos.
-¿De quién son esos apuntes, señorita? ¿Y por qué no la he visto por aquí? No
me suena. -¿A que me pilla? No sé qué más contestar.
-Es que soy nueva. He llegado hace poco al centro, ¿sabe? –Él me mira sin dejar
de inspeccionar mi sudadera.
-¿El de la foto de la sudadera, no es alumno de esta clase? –Cada vez me
tiemblan más las manos. -¿A quién le tienes que pedir los apuntes? –Sigue
preguntando. Los nervios aumentan, me va a pillar.
Alguien me saca la capucha. Dos manos se posan en mi cintura, y segundos
después, alguien le contesta al profesor por mí.
-No se preocupe profesor, ahora le devuelvo los apuntes. –Pongo mis manos sobre
las suyas, son sus manos. Huele a él. Es su voz. Al sentir mis manos sobre las
suyas, me acerca más hacía él. –Pero… los tengo en la habitación.
-Ve a buscarlos. –Le ordena, sin dejar escapar una tímida sonrisa hacía mí.
Quedan diez minutos de clase, entre que subes y bajas, pasarán volando. No hace
falta que vuelvas a clase, y usted tampoco, ‘alumna’.
Segundos después ya estamos fuera. Él cierra la puerta. Lo miro, sin saber que
decirle. La sonrisa no le cabe en la cara. Antes de que pueda decirle nada ya
me ha cogido en brazos, abrazándome.
-Lo siento… Lo siento, Kyle. No debería haberme puesto así… -Empiezo a llorar,
a soltar toda la culpabilidad que llevo encima. –Lo pagué todo contigo, y no es
culpa tuya, lo siento…
-Tranquila, pequeña… No pasa nada. –Me coge la cara con las manos, haciendo que
lo mire, secándome todas las lágrimas que van cayendo. –Te has puesto la
sudadera. –Sonreímos.
-Necesitaba sentirte cerca, de alguna manera. –La barbilla me sigue temblando.
-Estás loca cariño, ¿cómo se te ocurre venir hasta aquí?
-He venido con tu madre, tú lo has dicho, estoy loca. –Él me da un beso en la
frente, transmitiéndome la seguridad que me faltaba, acabando de llenar el
vacío que sentía.
-Vaya numerito has montado allí dentro, eh. Un poco más y te pillan. –Me dice,
mientras vamos caminando hacía su habitación. Me coge de la mano, y entrelazamos
los dedos.
-La idea no ha sido mía, ha sido de la recepcionista.
-¿De Sara? –Dice, sorprendido. Yo asiento con la cabeza. –Creo que te debo
alguna que otra explicación, Nad.
-Yo a ti también. No he hecho las cosas bien, no pensaba en como podías estar
aquí… Sólo pensaba en mí, y luego el saber que no podría verte hasta Navidad…
No podía, Kyle.
-Ven aquí. –Y de nuevo, me ofrece sus brazos y vuelve a abrazarme. –Cómo te he
echado de menos, joder… Luego hablaré con mi madre, quiero irme. Me da igual lo
que me diga.
-Pero Kyle… -No me deja decirle nada.
-Quiero irme. –Me dice mirándome. Por fin podía ver con claridad esos ojos
llenos de verde, y esa sonrisa. –Quiero estar contigo.
Ya sé que es cortito, lo siento! Mañana ya tengo el último examen de recuperación y después seré libre para seguir escribiendo la novela.
Espero que os haya encontado el reencuentro entre Kyle i Nadinne:))
ASK PARA PREGUNTAS Y OPINIONES; http://ask.fm/remembermenovela
Me ha encantat<3
ResponderEliminar