sábado, 24 de agosto de 2013

Capítulo cuatro: ‘No te va a proteger ni va a tener la oportunidad de intentar enamorarte… Cosa que yo sí.’



Las miradas llenas de rabia entre Adri y Kyle cada vez son más evidentes. Adri se está poniendo muy chulo y sé que a Kyle le está costando contenerse y no rebajarse a su nivel. Aunque sé que seré yo la que deberá cortar esa discusión, si no quiero que vaya a más.
-Tienes a Nad toda para ti y no lo aprovechas… -Se pica Adri. –Que pena das, tío.
-Con eso me estás demostrando que tú te aprovecharías de ella. –Contesta Ky.
-No dramatices, ¿quieres? Estoy enamorado de ella. –Kyle se ríe delante de sus narices.
-¿Tú, enamorado? Claro, claro… Y luego me dirás que también darías la vida por ella, ¿no?
-Está claro. Pero tú no. Tú no estás enamorado de ella, y des de luego, no darías la vida por ella, ni en años.
-Eh, parad ya. –Les digo, intentando no mostrar mi miedo. –Dejadlo ya, y vete, Adri.
-Yo de aquí no me voy hasta que él me responda. –Dice Adri. -Vamos, Kyle, gallina, responde.
Kyle deja de darme la mano y se acerca aún más hacía Adri. El “enamorado” le sonríe a Ky. Cree que va a ganar algo con todo esto. Va muy equivocado… ¿Verdad?
-Hablas sin saber. –Empieza a decirle Kyle. -¿Quién ha estado ahí desde los cinco años? ¿Quién le ha hecho reír, le ha secado las lágrimas y ha conseguido que sonría aunque sea a través de una puta pantalla? –Recuerdo la noche anterior. Sonrío mientras recuerdo que a partir de ahora todo será así, viéndonos a través de una pantalla. Una lágrima resbala por una de mis mejillas. Y después otra más, y otra. -¿Quién le llama pequeña? Eh, ¿quién? –Acaba chillando, al ver que Adri no encuentra una respuesta.
-Desde luego, estás hablando de mí. Lo que pasa es que ella aún no se ha dado cuenta. Tú le estás haciendo creer que eres el mejor del mundo, pero vas equivocado. Yo puedo darle más de lo que cree. Si tú, de verdad, le hubieses dado todo eso, ella ya estaría enamorada de ti. Y no lo está… ¿No? –Al decir el ‘no’ sube más la voz, para que sepa que debe responder, para que oiga una verdad como un templo para Kyle y para todos los chicos, pero no para mí, ni para Claudia, pues yo estoy enamorada de Ky.
-Eh, gilipollas. –Salta John. –Cállate la puta  boca o te la callo yo, ¿estamos?
-John, déjalo. –Le dice Kyle. –Esto es cosa mía.
Me acerco a Kyle y le cojo la mano. Él se gira y me mira. Ve mis ojos manchados de lágrimas y, justo en el momento en el que una lágrima más sale por mi ojo derecho, él acerca su mano y acariciando mi cara, me la seca.
-Vámonos, por favor, Ky. –Le pido.
-No puedo dejarlo así. –Me dice, sin apartar su mirada puesta en mis ojos, ahora llorosos.
-Sí que puedes.
-No puede. –Dice Adri. –He venido aquí para que tú entiendas que no puedes tener como amigo a ese pedazo de idiota, que te está mintiendo y te está dejando ver alguien que en realidad solo te está utilizando.
-No digas tonterías. –Le digo, borde. –Quizá seas tú el que quiere utilizarme, ¿no eres tú el que viene como un loco cada vez que me ve y que, en realidad, no sabe nada de mí?
-Ahora eres tú la que dices tonterías, y sin sentido. –Él se acerca más a mí. Kyle le pone la mano en el pecho, impediéndoselo. Pero Adri se la aparta y se posa  frente a mí. -¿Quieres que te diga algo, princesita?
-Suelta lo que tengas que decir y ni se te ocurra volver a hablarme, capullo.
-Eso ya lo veremos… -Sonríe. -¿Quieres que te lo diga o no?
-¡Que lo digas y te pires, vamos! –Chillo, harta de él.
-¡Directamente vete, que de nada servirá lo que digas! –Le dice de nuevo Ky, levantando el tono y apartándolo de mí.
-¿Y tú qué sabes? Servirá. –Dice muy seguro y sonriendo, sintiéndose cada vez más superior.
-Pues si va a servir de tanto, habla. –Digo cansada de él, y aun con miedo.
-Ay, ahora la princesa está interesada en mí… -Se ríe.
-La vuelves a llamar princesa, vuelves a decir una mentira más, y de aquí no saldrás con buena cara. –Le amenaza Kyle.
-Que miedo que me das, tío. –Dice utilizando la ironía. -Eres tan inofensivo para mí. –Ky no puede más y le coge del cuello de la camiseta.
-Di lo que tengas que decir, y lárgate. Ya.
-Qué pena me da decir esto, Nad… -Dice sonriente, con la voz entrecortada a causa de la camiseta, que le presiona el cuello al ser estirada con tanta rabia por Ky. –Pero hay algo que él no podrá darte a partir de mañana… Y yo durante todo el verano.
-¡No lo digas! –Chillo. Sabe que es mi punto débil. La distancia.
-Lo dices y recibes. –La voz de Ky está llena, pero muy llena, de rabia y desprecio.
-Pues él va a estar muy lejos de aquí. Ya no vas a tener a tu Kyle a tu lado, ya no te va a proteger ni va a tener la oportunidad de intentar enamorarte… Cosa que yo sí. Te acabarás enamorando de mí, y él, el chico del que estás enamorada, mi Nad, no lo va a poder impedir.
El puñetazo de Kyle y la caída de Adri resuenan por todo el Starbucks.

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