miércoles, 28 de agosto de 2013

Capítulo diez: ‘Kyle no puedo pedirte que vuelvas.’


Son alrededor de las doce de la noche y ya se me cierran los ojos. Seguimos con el Skype puesto,  ahora hemos dejado de hablar. Hay momentos en los que no nos es necesario decir nada, simplemente nos miramos, sonreímos, echando de menos cada uno, el no poder aprovechar este verano juntos.
-Vuelvo dentro de dos meses, bueno, mes y medio. Se te pasará volando.
-¿Cómo sabes tú eso?
-Lo sé. –Dice, dando por zanjado el tema. -¿Te ha vuelto a decir algo… Adri?
-No. El otro día me lo encontré con una chica. Me miró pero yo no. Pasé de largo, creo que por fin me ha dejado en paz. –Hasta que se vaya esa chica, supongo.
-Mejor. Si no ya sabe lo que le espera. –Dice, con rabia.
-Eh, guardaespaldas, ¡que estoy bien! –Miento. No estoy bien. Lo necesito aquí, y no hay más.
-¿Y las chicas? –Me pregunta. -¿Marta, Paola, y Claudia? He hablado con los chicos algunos días, pero con ellas no. No sé nada.
-La verdad es que yo tampoco he hablado demasiado con ellas. –Él me mira extrañado. –Están todas de vacaciones. Marta con Albert, creo que se fueron a Sitges, al apartamento de John, para estar solos.
-No saben nada esos dos. –Ky sonríe.
-Claudia se ha ido de vacaciones con sus padres, -le sigo explicando -y Paola se ha ido al pueblo. Ya sabes que cuando se va al pueblo es imposible contactar con ella, siempre está perdida entre fiesta y fiesta.
-Ya… ¿Y tú? ¿Tú que harás este verano?
-Cuidar de Dani. –Mi hermano pequeño de siete años. –Mis padres trabajan hasta mediados de Agosto, y tal y como están las cosas… Antes te tenía a ti cada verano, aunque no me fuera de vacaciones.
-Te venías siempre a la casa que tenemos en la montaña. ¿Te acuerdas cuando nos bañamos en el lago? –Me hace sonreír. –El agua estaba helada. No te querías tirar.
-Y tú como un loco me tiraste. –Respondo.
-¿Qué iba a hacer, bañarme solo?
En ese momento alguien pica a la puerta. Es mi madre. Ella se queda en la puerta, sabe que estoy haciendo Skype con Kyle. Lleva el teléfono en la mano.
-Nad, es la madre de Kyle. Quiere que te pongas.
-¿Mi madre? –Dice Kyle, extrañado. Cojo el teléfono que me ofrece mi madre.
-¿Si? –Contesto.
-¡Hola, Nadinne! –Me saluda su madre.
-Hola, Nadia. ¿Sabes? Estoy haciendo Skype con tu hijo. Me está escuchando, sabe que estoy hablando contigo. –Pongo el altavoz, para que así Ky la escuche.
-Dile que le echamos un montón de menos, que se echan mucho de menos sus bromas, y su manía de tirar a su hermana a la piscina, o al lago de la casa de la montaña. –Ella se emociona.
-Mamá no llores. –Dice Kyle.
-Dice que no llores. –Le digo yo.
-No, no, tranquilo. Es solo que se nota mucho cuando faltas. Suerte que en un mes y medio te tendremos aquí. –Explica. –Nadinne, llamaba para decirte que nosotros nos vamos mañana. Como siempre. Por si quieres venir… Aunque tu tonto no esté.
Miro a Kyle. Él me mira con tristeza, sabe que no será lo mismo. Allí no hay cobertura, allí no podré hablar con él, ni hacer Skype… Nada. No quiero.
-Nadia… Allí no voy a poder hacer Skype con Kyle. Y prometimos vernos cada noche. –Él sonríe.
-Lo entiendo. Nosotros y tus padres, pensábamos que sería lo mejor para ti. –Me explica. –No sales de casa cariño, lo creas o no, que Ky no esté te está afectando. –Me tiembla la barbilla. Tiene razón. No miro a Kyle, no puedo.
-Podré con esto. Pero gracias, Nadia. Buenas noches. –Me despido.
-Buenas noches, Nad. Descansa. Y dile a mi hijo, que como no venga hablando un Inglés perfecto lo mato, que de algo te tendrá que servir pasarlo mal al tenerlo tan lejos. Sé que es difícil.
Después de esto cuelgo. Ky me mira, yo le miro.
-No me lo pidas. –Dice, serio.
-No puedo pedírtelo. Hace un mes lo tuve.
-Quiero repetir esa noche, aunque sólo duró dos horas… -Suspira. -Te tenía a mi lado.
-Kyle no puedo pedirte que vuelvas. –Una lágrima cae por mi mejilla.
-Poder, puedes. Que lo haga, eso solo depende de ti.
-¿De mí? –Pregunto, sorprendida.
-De ti, y de mi manía de hacer cualquier cosa por ti. –Responde. -Dame ahora más razones. Esta vez, si me voy, será para quedarme. Pero para quedarme contigo.

4 comentarios: